Lanzado en septiembre de 2002, Believe marcó un punto crucial en la evolución de Disturbed, consolidando al cuarteto de Chicago como uno de los pilares del metal alternativo posterior al auge del nu metal. Si su debut The Sickness (2000) fue una descarga de agresión y furia urbana, Believe es su contracara espiritual: un disco introspectivo, melódico y conceptualmente más ambicioso, donde el poder no radica solo en el golpe rítmico, sino en la convicción interior.
El álbum nace en un contexto convulso: el mundo aún digería las secuelas del 11 de septiembre, y muchas bandas del metal estadounidense enfrentaban la disyuntiva entre continuar con la fórmula agresiva o buscar un mensaje más trascendente. Disturbed eligió la segunda vía. David Draiman, de ascendencia judía ortodoxa, canalizó en las letras su cuestionamiento sobre la fe, la pérdida y la esperanza, especialmente tras la muerte de su abuelo, un hecho que impregna todo el álbum con una carga espiritual y emocional inusual dentro del género.
Musicalmente, Believe muestra una banda en pleno dominio de su identidad. Dan Donegan amplía su paleta sonora con riffs más atmosféricos y solos melódicos que contrastan con su estilo mecánico anterior. La base rítmica de Mike Wengren y Steve “Fuzz” Kmak sostiene un pulso sólido y tribal, mientras la voz de Draiman —más modulada y menos gutural— se convierte en el eje emocional del disco.
Temas como “Prayer”, inspirado directamente en los ataques del 11-S, combinan energía contenida y mensaje de resiliencia espiritual; “Liberate” cuestiona los dogmas y sistemas de control religioso; y “Remember” destaca por su tono reflexivo y melancólico, con un equilibrio entre la agresión y la contemplación que anticipa el crecimiento artístico del grupo. La portada —una fusión de símbolos religiosos (cruz, estrella de David, luna creciente)— refuerza el concepto central del disco: la unidad y la fe como fuerzas que trascienden la división.
En producción, Believe suena limpio, contundente y emocionalmente denso, gracias al trabajo de Johnny K, quien potencia la claridad instrumental sin perder el filo metálico característico de Disturbed.
A más de dos décadas de su lanzamiento, Believe sigue siendo un testamento del momento en que Disturbed trascendió la etiqueta de “banda de nu metal” para transformarse en un referente del metal moderno con conciencia espiritual. Es un álbum donde la fe no se presenta como religión, sino como fuerza interna para resistir el caos —una declaración de creencia en uno mismo, en la humanidad y en el poder redentor del sonido.
